Lo recuerdo bien. Las vivía como algo muy incómodo. Una sala enorme con mesas altas con comida mientras grupos de tres o cuatro personas que ya se conocían charlaban en corrillo. Tener 22 años y estar rodeado de hombres desconocidos vestidos con corbata y expresión seria puede ser intimidante.
Nuestro instinto nos lleva a revisar experiencias propias similares a las que cuenta nuestro interlocutor. Y entonces esperamos que acabe de contarlo -sin escuchar demasiado- para poder contar lo nuestro. Esa es la base de todo lo que viene a continuación. No quieras parecer interesante. No funciona. Una tiempo le oí decir a alguien que no hay nada menos sexi que alguien intentando ser sexi. Lo mismo se puede aplicar para parecer ameno. No lo hagas.
Redes sociales Las redes sociales son un tema tan de moda que no pueden faltar en una conversación con la persona que te gusta. Casi todos tenemos cientos de anécdotas que contar ya sea con los amistades o historias divertidas que nos pasaron en el lugar donde crecimos o en el colegio. Cuéntame alguna biografía divertida. No es necesario que sea nada especial o memorable, tan solo que sea divertido o sorprendente. Idiomas Los idiomas son una excelente faceta de continuar una conversación sobre viajes o cultura, así que puede ayudarte a extender la conversación antes de que te quedes sin nada qué decir.
Seguro que has vivido situaciones en que no te has atrevido a largar lo que estabas pensando en existencia. Te preocupaba lo que opinarían de ti si decías algo demasiado ilógico o fuera de contexto. Cuando poco no te parece lo suficientemente ameno o valioso, tu mente lo anatema en un instante y no lo añade a la conversación. Elimina tu censura para multiplicar tus temas Piensa en las conversaciones que mantienes con tus amigos o familiares. En ellas puedes hablar de cualquier cosa por trivial que sea.