Es necesario innovar y explorar nuevos destinos del mapa del placer para llevar a la otra persona a un clímax inesperado y satisfactorio. Aunque el exceso de confianza en ocasiones deriva en que siempre nos movamos por los mismos sitios en los que tenemos el acierto en bandeja. Estés o no emparejado, no te acomodes. El roce de cuerpo con cuerpo en sí suele ser excitante pero si tenemos en cuenta el poder que tienen nuestras manos sobre la piel de la otra persona, podremos utilizarlas con cabeza. Podemos activar cada parte del cuerpo con una simple caricia, un abrazo o un masaje. Aquí se muestran cinco zonas erógenas femeninas por las que deberías acercarte, a ver qué se cuece.
Baza que ya hay incluso encuentros para reinvidicar las bondades de la diferencia erótica Copa de champagne 'El Rituel' de Christian Louboutin. Punto P. Sucede con los pies algo recurrente: muchas personas afirman que les disgustan los que tienen y muchas otras no podrían vivir sin deleitarse en ellos. Un gusto que suele aparecer en la infancia, y no sólo en los hombres. No me van los zapatos de tacón, por ejemplo, ya hay muchos fetichistas a los que les encantan los taconazos.