El sexo liberal se ha democratizado, eso dicen las parejas que practican juegos sexuales como los tríos. Aquí cuentan sus experiencias. No lo digo yo, sino los sexólogos y los que visitan locales de ambiente liberal. En los clubes, pubes y discotecas de este tipo, la clientela se siente libre para cumplir sus fantasías eróticas siempre que nadie se vea forzado a participar. Vamos, la orgía de toda la vida. Suele ser el hombre quien propone el juego sexual, pero no porque esté aburrido de su pareja y haya dejado de considerarla atractiva. En la inmensa mayoría de los casos se busca el morbo, abrirse a nuevas experiencias excitantes y transgresoras. Jaime se lo propuso a Mónica cuando llevaban seis años de matrimonio.
La verdad es que no, aunque de hecho, sí existen diferentes iniciativas que van desde lo sensato a lo completamentes absurdo. En esa lista se encuentran otras locuras similares: Un llamador en forma de piña, flamencos en el jardín, hierbas de la llanura, pulseras para el tobillo en el pie derecho, o en el zurdo. En fin, que las posibilidades de confusión son enormes. Identificadores liberales para contextos vainilla Anillos para swingers Un anillo negro en la mano estribor denota interés por encontrar otras parejas sw. Pero en el dedo aire es un identificador para la ayuntamiento asexual. Una de ellas es el uso de un anillo negro en la mano derecha. Hay que anatomía un poco precavidos, sin embargo. Resulta que el anillo negro es, antiguamente que nada un símbolo de la comunidad asexual, quienes lo portan en el dedo medio de la baza derecha. Por lo que, los de nuestro clan, por respeto a esa costumbre, lo podemos usar en cualquier otro dedo.
Llevo encima un abrigo para camuflar mi look temerario y tres tragos de cerveza. Hay que tocar el intercomunicador. Nos abre un sujeto pigmeo y con cara de aburrido que dice que la entrada doble cuesta treinta y cinco euros. Vengan por aquende. Estamos ante una barra larga y desierta. Somos los primeros, maldita sea. Son las once de la confusión de un jueves en Barcelona. En el televisor sobre la barra se ve una película porno en la que un camionero la emprende versus una rubia quebradiza. Vengan conmigo, nos repite una de las anfitrionas de hoy, con acento sevillano.
Todos las buscan y no todos las encuentran. Pero lo cierto es que existen. Algunas, declaradas abiertamente como tales e interesadas en todo tipo de propuestas, cuando no asiduas a locales swinger; otras, heterosexuales o bisexuales que se prestan o podrían implicarse en una experiencia sexual en trío si se presenta la oportunidad o alusión adecuada. Aunque muy pocas se anuncian abiertamente.