Buenos Aires ardía en millones de luces, deliraba en fiestas jubilosas, se exaltaba en la fiebre de su adolescente energía. En Mayo comenzaron las fiestas. Y aun desde Europa vinieron. Durante los grandes días, el gentío, en procesión monstruosa y lenta, cubrió el asfalto de las calles centrales. El pasar de las gentes era infinito; las calles y las casas parecían moverse. Al atardecer, cuando la multitud se espesaba, las calles producían la sensación de algo que se iba hinchando. Por las noches, cuarenta teatros e innumerables cines y conciertos apretaban, en sus salas, desbordantes trozos de muchedumbre. En los cabarets se codeaban el ruidoso libertinaje y la curiosidad. Jóvenes de las altas clases, sus queridas, curiosos y algunas muchachas de la vida que acuden solas, son los clientes del cabaret.
Editado 1 vez. Fue en un actuación en una playa de barcelona. Lastima que no tuviera el valor para acercarme y decirle algo Muy achaque Alex, muy mal Bueno.
Puedesn hacerlo en molcajete o mortero. Cortar la pulpa en pedazos y ponerlas a hervir. Las cabezas sin luceros y cascaras se lavan y se secan con el micro ondas es mejor. Batir las claras a punto de turrón y mezclar con las yemas; tres cucharadas de polvo de camarón; harina y pimienta. Esto con un movimiento envolvente. En el grasa bien caliente, freír tortillas del volumen de una cucharada. Salen en average 5 x cada huevo. En un poco del aceite que se aprovechamiento para freír las tortitas, freír el recaudo.