Con sus labios rojos y sus ojos caramelo, sus manos frías y su pelo rubio, con esa sonrisa que es capaz de hipnotizar a cualquiera. Te has puesto esos pantalones nuevos de los que me hablaste y la sudadera que te regalé. Y cada vez que te levantas y dices que no te mire, que tienes un careto horrible, a mí me entra la risa y a la vez una rabia tremenda de que no te des cuenta de lo increíble que eres. Y no sabes lo afortunado que me siento por que sigas a mi lado a pesar de todo… Pase lo que pase siempre encuentras motivos para volver. Mis amigos se ríen por la cara de tonto que se me pone cuando me preguntan por ti. Pero me da exactamente igual lo que digan si la persona que tengo a mi lado me hace tan feliz. Porque sí, creo que siempre lo tuve claro pero a la vez me daba miedo. Éramos y somos unos inexpertos de la vida y el amor y soy de los que se acojonan a la mínima.
Devocional de Navidad de la Primera Jefatura 6 de diciembre de Una bimba y un abrazo celestial Por la hermana Becky Craven Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes Uno de mis recuerdos favoritos de Navidad ocurrió cuando tenía seis años. Era la víspera de la Navidad y yo estaba dormida en la cama superior de la parihuelas que compartía con mi hermana reducida en nuestra casa de Berlín, Alemania. El abuelo de mi esposo, Heaton Lunt, de niño tuvo una lejano de Navidad muy diferente cuando vivía en las colonias de México a finales de la década de Oí un débil balido que provenía del establo. Al entrar, vi que Nelly tenía un par de pequeños corderos, gemelos. Todos los niños dejaron sus naranjas y sus cosas sobre la mesa y corrieron al silo para ver los corderitos que Nelly había tenido. Increíblemente, al año subsiguiente y todos los años posteriores, nacían corderos en el rebaño de los Heaton en la mañana de Natividad.
Doy gracias a mis dos amigos. La realidad es que aquí, no estamos para creer o no estas leyendas. Lo tituló Sonetos del amor oscuro. Porque este libro contiene, en su aridez y en su vitalidad, la existencia caótica del continente latinoamericano. En esa ocasión vimos llegar de manos de Picasso, recién salida de su achicharradero incesante, una obra maestra de la pintura universal, la Guernica. Nuevos poetas de hoy reflejan como estatuas de gladiadores desnudos el color del sol y del trigo. Para nacer he nacido - Pablo Neruda Y la vieja campana colgada del sol y del silencio. La poesía, su vida y su muerte se han repartido por la tierra.
